Harry Potter. Sucesos primera película (Alerta Spoiler)

Harry Potter es nada menos que el protagonista de esta saga. Su historia comienza a ser interesante nada menos que poco tiempo tras nacer. Un 31 de octubre, Harry Potter perdió a sus padres, los cuales se sacrificaron por él, a manos de Lord Voldemort. Esto, junto con otra serie de sucesos que se sucedieron tiempo antes de su muerte, hicieron que Harry Potter fuese el elegido para matarle tiempo después. Por eso, al sacrificarse su madre, Voldemort no pudo matarle por hechicería muy antigua. Esto hizo que Harry conservase parte de los poderes de Lord Voldemort junto con una cicatriz en forma de rayo sobre su frente.

En su onceavo cumpleaños, el 31 de julio, Harry recibe una invitación a Hogwarts, la escuela de magia y hechicería. Sin embargo no logra leer esto hasta que Hagrid, un hombre que termina por descubrirse que no es totalmente hombre, le descubre la realidad. Harry tan solo creía que sus padres murieron en un accidente de coche, y no en manos de un asesino mago, creyendo también así que la cicatriz solo estaba ahí por el accidente y no por motivos mágicos.

En camino a Hogwarts conoce a los que serán sus mejores amigos en todas sus aventuras cuanto menos difíciles, Ron Weasley y Hermione Granger. Acompañado por ambos, vive una dificultad, y es que alguien trata robar un artefacto de magia que podría hacer mil cosas, cada cual peor, con él: La Piedra Filosofal.

Sospechando durante largo tiempo de su profesor Severus Snape, que no hacía por más que mostrarle un odio irracional a Harry, terminó por enterarse de que no hacía más que protegerle a manos de otro profesor, que sería quien ocultase a su enemigo mortal en la parte trasera de su cabeza. Repugnante, ¿cierto?

Dicho profesor era Quirinus Quirrel, profesor aparentemente tartamudo y siervo aparentemente fiel de Lord Voldemort. Tras intentar tocar a Harry con motivos agresivos, la magia antigua de la madre de Harry, Lily Potter, se reactivó e hizo que el propio profesor se consumiese y muriese.

El libro finaliza con la victoria de la copa de las casas en Hogwarts para Gryffindor, casa en la que residen Harry, Ron y Hermione, y con la vuelta de Harry a la casa de sus tíos, lugar donde jamás le habría gustado menos volver